La guía definitiva paso a paso para entender la gamificación

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La guía definitiva paso a paso para entender la gamificación

La ludifcación-gamificación se ha ganado la reputación de ser uno de los fenómenos más importantes en el mundo de la educación y la empresa. Su éxito ha sido tal que instituciones educativas y empresas de todo tipo ya no se preguntan si merece la pena probarla sino, más bien, cómo pueden sacarle el máximo partido.

Un rápido vistazo a los resultados de búsqueda de la palabra en Google es prueba suficiente de la creciente popularidad de la gamificación en España y en todo el mundo. Si quiere que su sitio de formación online esté a la última en tecnología, en eficiencia educativa y en calidad, tiene que ludificar-gamificar, porque ya lo está haciendo la competencia.

En este artículo vamos a explicar qué se entiende exactamente por gamificación, destacar algunos de los ejemplos más conocidos, explicar por qué funciona y qué técnicas emplea.

¿Qué es la gamificación?

Empecemos por la escueta definición que ofrece Wikipedia: «La gamificación es la aplicación de elementos de diseño de juegos y principios de juego en contextos no lúdicos». Se utiliza para una gran variedad de propósitos, como mejorar la productividad en el trabajo, promover el ejercicio físico, mejorar el aprendizaje en las escuelas y reforzar el comportamiento positivo en la sociedad.

Gabe Zichermann, uno de los primeros gurús de la gamificación y coautor de «Gamification by Design«, es algo más explícito al describir los distintos elementos que la componen:

«La gamificación es el proceso de atraer a las personas y cambiar su comportamiento mediante el diseño de juegos, la fidelización y la economía conductual. Es tomar lo divertido de los juegos y aplicarlo a situaciones que quizá no lo son tanto. Se trata de aplicar esa sensación de fluidez a todo, desde la motivación de los empleados hasta los estudios de investigación y las campañas de marketing.»

Gabe Zichermann

Tres ejemplos de gamificación

Si todavía no le quedó claro a qué nos referimos cuando hablamos de gamificación, estos tres ejemplos seguro que se lo aclaran.

El primero que queremos mostrarle, y posiblemente el más conocido, tenía como objetivo promover el ejercicio y un estilo de vida más saludable. Para conseguirlo, la organización The Fun Theory instaló en una estación de metro de Estocolmo un teclado de piano gigante que funcionaba y que tocaba una nota musical cuando se aplicaba presión a cada paso. La idea era que los viajeros dejaran de usar las escaleras mecánicas y subieran por ellas. Y fue todo un éxito:

¿Cómo animas a los usuarios a subir escaleras? Por medio de un juego musical.

Aunque la gamificación se utiliza a menudo para animar a la gente a adoptar hábitos más responsables (para promover el reciclaje y la conducción responsable, por ejemplo), también puede ser utilizada por las empresas para realizar campañas promocionales. Un ejemplo de ello puede verse en el siguiente vídeo, en el que Coca-Cola organizó una especie de carrera de obstáculos en una concurrida estación de tren para promocionar el lanzamiento de la última película de James Bond y regaló a los ganadores entradas para verla. La diversión, el reto y el ambiente (música incluida) captaron la atención de consumidores que de otro modo no estarían interesados en la actividad y dieron a conocer los dos productos implicados (Coca-Cola Zero y la película de James Bond).

La gamificación también se puede usar con fines comerciales.

El tercer ejemplo es perfecto para mostrar algunas de las mecánicas utilizadas en la gamificación en contextos muy diferentes. En este caso, se trata de The Email Game, una especie de miniaplicación para gestionar el correo electrónico de forma más eficaz y mantener limpia la bandeja de entrada. Mediante un sistema de recompensas, puntos y penalizaciones, The Email Game pretende acabar con el tedio que nos puede suponer la avalancha diaria de correos electrónicos.

Gamificación: despertar instintos básicos de las personas.

Aunque en la actualidad la gamificación se asocia principalmente con la tecnología, lo cierto es que su esencia reside en la psicología humana. La gamificación funciona porque apela a las necesidades y los instintos humanos. De hecho, Gabe Zichermann lo ha subrayado en varias ocasiones: «la gamificación es un 75% psicología y un 25% tecnología«.

En concreto, la gamificación tiende a utilizar las siguientes necesidades:

  • Recompensas. A todos nos gusta recibir premios y regalos. Cuando somos niños, por ejemplo, estamos dispuestos a hacer los deberes a cambio de un postre especial o una propinilla. Este comportamiento innato es uno de los motores que hacen funcionar la gamificación, que permite utilizar todo tipo de recompensas (entradas de cine, monedas virtuales, vidas extra, etc.) para motivarnos a realizar una tarea.
  • Progreso. A los seres humanos nos gusta progresar. Nos gusta sentir que mejoramos en cualquier tarea y que nuestras acciones nos acercan a la consecución de nuestro objetivo final. La gamificación aprovecha la necesidad humana de progresar para motivar e implicar a los participantes.
  • Competición. A todos nos gusta ganar. Si practicamos carreras de atletismo, queremos ser los primeros en pasar la línea de meta y, a medida que nos hacemos mayores, nos gusta destacar en nuestros estudios o carreras profesionales. El deseo de competir es aún mayor cuando conocemos a nuestros rivales: queremos hacerlo mejor que nuestros amigos y compañeros de trabajo.
  • Reconocimiento y estatus. Presumir de nuestros logros forma parte de la naturaleza humana. Una de las razones por las que las redes sociales tienen tanto éxito es que nos permiten satisfacer nuestro deseo de presumir: alardear de lo que sabemos hacer bien, demostrar nuestras habilidades, presumir de nuestras últimas vacaciones en una playa idílica, etc. La gamificación apela a nuestra necesidad de reconocimiento creando formas de compartir con los demás (de restregarles en las narices) nuestros logros dentro del juego.
  • Altruismo. Sin entrar en discusiones filosóficas o sociológicas, la ciencia ha demostrado que los seres humanos tenemos una tendencia natural hacia el altruismo y la solidaridad. En general, nos gusta ayudar a los demás porque nos hace sentir mejor con nosotros mismos. Muchos juegos giran en torno a la idea de rescatar a una princesa (o un principe), salvar el mundo o evitar un desastre medioambiental.
  • Diversión. Divertirse es otra necesidad innata del ser humano. A todos nos gusta relajarnos, divertirnos y pasarlo bien. Por eso el cine, la música y los videojuegos son industrias multimillonarias: estamos dispuestos a pagar por divertirnos. La gamificación (como hemos visto en los tres ejemplos) juega con este deseo de divertirse para implicar y motivar a la gente.

Técnicas de gamificación.

Para apelar a nuestros instintos humanos, la gamificación ha desarrollado una serie de técnicas que probablemente conozca. Tal vez no les haya prestado mucha atención, pero éstas son las técnicas que hacen que la gamificación funcione y que se están implantando cada vez más en empresas e instituciones educativas.

Basándonos en las clasificaciones realizadas por dos grandes expertos en la materia -los diseñadores de videojuegos Jesse Schell y Dustin DiTommaso-, a continuación le presentamos las 11 técnicas de gamificación más importantes:

1.- Una historia. A todos nos gusta una buena historia, con personajes y argumento. El argumento (que puede ser muy sofisticado o muy sencillo) sirve para enganchar a los jugadores y motivarlos a seguir adelante en prácticamente cualquier actividad. La historia puede ser sobre un príncipe que tiene que rescatar a una princesa, una misión para salvar el Planeta Tierra o un apocalipsis zombi. De hecho, esto último se está aplicando con éxito en Estados Unidos, donde los alumnos aprenden técnicas de geografía para sobrevivir a un apocalipsis zombi.

2.- Niveles. Al principio de casi cualquier juego, una de las primeras cosas que vemos son los niveles. Normalmente empezamos por el nivel más bajo pero, ya en esta fase, empezamos a vislumbrar la ruta (a veces un mapa) que tenemos que seguir para llegar al final. La sensación de progreso, éxito y reconocimiento que genera esta dinámica (¡queremos pasar al siguiente nivel!) nos motiva a seguir avanzando en el juego.

3.- La cuenta atrás. Poner un tiempo límite es una de las técnicas más utilizadas en gamificación, programas de televisión y campañas de marketing. Cada vez más aplicaciones móviles incluyen frases como «te quedan 30 segundos», «el reto de esta semana» o «haz que hoy sea el día en que pases a la siguiente pantalla». Un límite de tiempo o cuenta atrás (el famoso «10, 9, 8, 7…») es un elemento altamente motivador que nos anima a completar cualquier actividad lo antes posible.

4 – Insignias. Las insignias son un medio muy eficaz de otorgar reconocimiento y estatus a los jugadores. La gamificación utiliza este tipo de recompensa (es tan «simple» como poner una insignia dorada junto a tu perfil) para que puedas presumir de tus logros en las redes sociales o ante tus amigos y compañeros de trabajo.

Foursquare, una aplicación móvil especializada en bares, restaurantes y locales de ocio, ha sido una de las más eficaces en el uso de insignias para captar a los usuarios. Entre las numerosas insignias se incluye la posibilidad de convertirse en el «alcalde» de un local. Para ganarla, hay que ser la persona con más check-ins de ese local, lo que puede convertirse en una adicción que te empuje a usar la aplicación durante horas y horas.

5 – Clasificaciones. Probablemente esté tan acostumbrado a ellos que nunca se haya parado a pensar en ellos, pero los rankings/clasificaciones son otro elemento utilizado en gamificación para fomentar la competición y animar a los usuarios a seguir adelante en algo. Cuando mira un ranking, comprueba su posición para ver quién está por delante de usted… y es normal querer pasar de ellos y subir al primer puesto de la lista.

6 – Monedas virtuales, puntos, estrellas, vidas extra… Para apelar a nuestra naturaleza materialista y a nuestra necesidad de obtener pequeñas recompensas, la gamificación emplea habitualmente monedas virtuales, puntos o estrellas para atraer y motivar a los usuarios. Las recompensas son sencillas y directas, pero una herramienta extremadamente poderosa para cambiar el comportamiento de las personas. A todos nos gusta ganar puntos dobles, vidas extra y más estrellas (aunque no nos sirvan para nada).

7 – Mejoras (upgrades / power-ups). Cuando empezamos un juego, solemos tener pocas herramientas o poderes a nuestra disposición. Sin embargo, a medida que progresamos, los videojuegos nos dan nuevas habilidades, diferentes armas y más poderes. A medida que superamos más hitos, tenemos el poder de hacer más cosas. Este tipo de recompensa (que apela a nuestra necesidad de progresar) es otra mecánica de juego utilizada en la gamificación.

8 – Barras de progreso. Una simple barra con un porcentaje dentro puede ser mucho más poderosa de lo que se piensa. Cuando vemos que no está completa (por ejemplo, al 85%), los humanos tendemos a hacer todo lo posible para llegar al 100%. Si tiene una cuenta en LinkedIn, seguramente se habrá fijado en la barra de progreso que indica lo completo que está su perfil; según la propia compañía, cuando añadió la barra de progreso, la cantidad de información incluida en los perfiles de los usuarios aumentó considerablemente.

9 – Trabajo en equipo. Otra forma de fomentar la competición es crear grupos o equipos; a la gente le gusta sentir que pertenece a una tribu y que es mejor que los demás. Dividir a los jugadores en bandos puede ser un poderoso incentivo para implicarse más en un proyecto, identificarse con sus compañeros y vencer a sus rivales.

10 – Me gusta y recomendaciones. Dada la popularidad de las redes sociales en el mundo actual, la gamificación ha incorporado el reconocimiento en Facebook y Twitter (o X, lo que le parezca a Elon Musk en ese momento) como elemento motivador adicional. No se trata sólo de poder compartir nuestros logros e insignias; también se puede recompensar a los «jugadores» ofreciéndoles repercusión y estatus en las redes sociales.
El servicio Local Guides de Google es un buen ejemplo de esta dinámica de juego. La empresa de Silicon Valley cuenta con un sistema gamificado para animar a los usuarios a dejar reseñas y publicar fotos de los bares y restaurantes que visitan. Una de las técnicas consiste en enviarles un correo electrónico avisándoles del número de visitas a sus reseñas y de la importante contribución que están haciendo a la sociedad.

11 – Selección de personajes. A la gente le gusta poder elegir e identificarse con los personajes de un juego. Por eso, una técnica sencilla de gamificación es la posibilidad de seleccionar personajes. Tanto si se trata de lanzar un nuevo proyecto como de completar un curso de formación en una empresa, los personajes añaden un toque más lúdico y divertido al juego. Y si, además, podemos elegir entre varios tipos de personajes (hombre/mujer, rápido/fuerte, blanco/negro, etc.), podemos aumentar varios puntos los niveles de motivación.

El verdadero secreto de la gamificación

Aunque estas técnicas de gamificación puedan parecer bastante sencillas, no se deje engañar por su aparente simplicidad. Como explica el gurú de la gamificación Yu-Kai Chou, la clave está en que todas estas dinámicas de juego apelan a nuestros instintos humanos básicos.

Crear un sistema de puntos, una clasificación y una barra de progreso y confiar en que tu experiencia de gamificación será un éxito es como abrir una página de Facebook y pensar que has desarrollado una estrategia de redes sociales. La clave está en pensar primero en las cosas que motivan a los seres humanos (competición, estatus, altruismo, recompensas, etc.) y luego desarrollar una estrategia para conseguirlas (una historia, niveles, puntos, insignias, etc.).

El verdadero secreto de la gamificación reside en crear una combinación ganadora de todos estos elementos.